El establecimiento rural donde hoy está instalado Vivero del Lago, tiene una larga tradición productiva como la mayoría de  las granjas frutícolas y chacras de Melilla.

Pero este predio en particular tiene una llamativa historia.
Por los años 50, en propiedad de la familia Salvatore, se decide vender una fracción de sus chacras en Melilla al Sr.Ángel Américo Minoli, quien fue un participante destacado en la delegación de fútbol que concurrió a los Juegos Olímpicos de Colombes en 1924, así como en la gira previa que el famoso team celeste realizó por distintas ciudades del viejo continente. El Sr.Minoli fue el árbitro que acompañó a la delegación y representante referil de Uruguay en las olimpíadas, arbitrando varios partidos de las mismas, cerrando así una larga trayectoria como árbitro de fútbol de los años 20 en copas locales e internacionales.

Por esa razón cuando en los años 50, Don Ángel Minoli compra estas tierras, desarrolla aquí un centro de reunión y esparcimiento donde concurrían aquellos viejos gladiadores de las Olimpíadas a reencontrarse con sus recuerdos y anécdotas. Aquí Minoli trajo muchas de sus medallas, trofeos, fotografías e historias que luego pasarán a ser acervo del Museo del Fútbol, en el Estadio Centenario. Perdurando aquí en la entrada del parque  unas estelas en mármol y un monolito que recuerdan aquella hazaña, sus integrantes y aquella célebre frase: “Por los campos de Coya, pasó ayer una ráfaga olímpica”. También permanece la denominación por parte de Minoli de este establecimiento como Villa Olímpica de Colombes 1924, como se puede apreciar en las fotos que acompañan esta página.

Luego en el año 1969 la viuda de Don Ángel Minoli, Doña Julia Ciriliano de Minoli vende la Villa al matrimonio constituido por Adhemar Moizo y Alicia Salvatore, que con el paso de los años transformaron la “Villa Olímpica” incorporando las instalaciones de producción, invernáculos, el diseño y construcción del Lago y sus parques adyacentes en el Vivero del Lago tal como hoy se lo puede disfrutar bajo la dirección de Alicia Salvatore y su hija Mónica Moizo.